El rescate de los mineros chilenos como videojuego de última generación

Antes, cuando sucedía algún acontecimiento internacional especialmente sensible o impactante, sabíamos que internet iba a tener listas sus primeros (y más políticamente incorrectos que Jesús Neira) memes de urgencia. El rescate de los mineros chilenos puede suponer un cambio de paradigma: es el primer suceso de estas características que viene acompañado de su juego en flash de urgencia, concebido por la empresa local Root33 y gloriosamente definido por Kotaku como una versión (muy) low-fi de Gears of War 2. No creo que nadie se quede a terminar lo que parece ser el juego más rudimentario de todos los tiempos, pero su función está clara: servir de palmadita en la espalda para lo que podría haber sido una gran tragedia y ha acabado en chiste blanco. Por supuesto, si las cosas no hubieran salido bien, internet tendría preparado su arsenal de chistes negros. Todos sabemos que no hace diferencias. Por ejemplo, JM Heras descubrió esto cuando el rescate aún estaba en marcha: una vez más, el videojuego es utilizado como motor de risas y, bueno, como filtro para entender la realidad. Quizá el medio que ha llegado más lejos (de manera completamente involuntaria) haya sido El País, que durante todo el rescate mantuvo en su portada una suerte de quién-es-quién de los mineros atrapados: cada vez que uno era rescatado, su cara se ponía en blanco y negro. Los personajes incluso mostraban pequeñas fichas biográficas si uno pasaba el cursor por encima. Mauro Entrialgo en su Twitter: «En la derecha de la portada de elpais.com, un videojuego en flash o así sobre los mineros. #minerosexplotation». Me inquieta la idea de que nuestra experiencia vicaria de este rescate, vivida a través de diferentes videojuegos o chistes sobre videojuegos, sea el auténtico juego de última generación. Me inquieta porque no estamos tan lejos del argumento de la película Gamer.