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Blockbusters ’10: «El equipo A»

02/08/2010

Empecemos por quitarnos de encima lo más desagradable: El equipo A, adaptación de un clásico televisivo que el tiempo ha acabado convirtiendo en quintaesencia del 80’s kistch, responde a esa patología (tan contemporánea) que se empeña en descubrir, inventar o reformular el origen de todo icono cultural. Este verano la hemos visto en el Robin Hood de Ridley Scott, y para el próximo ya se anuncia Rise of the Apes, precuela de El planeta de los simios que planea enraizar en el actual debate científico lo que, hasta ahora, solo funcionaba como efectiva alegoría. Sin embargo, hay una diferencia fundamental que dota de sentido al plan han llevado a cabo los responsables de El equipo A: mientras que la película de Scott se podría haber titulado El Arquero que se Hizo Pasar por Noble (con el epílogo en el bosque de Sherwood como twist final), la de Joe Carnahan se preocupa por respetar y atender en todo momento a la esencia del material original. En otras palabras: El equipo A no es tanto una manida historia de orígenes como una suerte de remake, en forma de blockbuster acelerado, de un quimérico episodio piloto . El brillante prólogo sirve para situar a los personajes en un nuevo contexto, otorgando un nuevo sentido a los guiños a la tradición y aprovechando la nostalgia como simple materia prima para orquestar un espectáculo veraniego que se sitúa en una feliz zona de sombra entre la pirotecnia despreocupada de los ochenta y la obsesión por los Grandes Temas de nuestros días.

Es posible que Carnahan sea el máximo responsable de que El equipo A haya encontrado esa vía intermedia que separa, pongamos por caso, Starsky & Hutch (versión Stiller & Wilson) de la Galáctica post-11 de septiembre. Su película lleva a los personajes a lugares más oscuros de los que solía frecuentar la serie, pero mantiene ese espíritu lúdico (el miedo a volar de M.A., la ligereza con la que Murdock y sus amigos se toman una probable enfermedad mental) que está presente en el ADN del concepto. La mezcla está manejada con mucha más soltura y precisión que en Ases calientes, en la que Carnahan empezaba adoptando una pose post-tarantiniana para acabar soñando (sin habérselo ganado) con la tragedia operística.  El equipo A corrije esa mancha en su filmografía y, en cierto sentido, le permite hacer por otros medios esa entrega de Misión: Imposible que estuvo a punto de firmar: la secuencia de los rascacielos, impecablemente planificada, es una buena muestra de ello. Alegre y desenfrenado, este blockbuster de libro funciona mejor cuando se deja llevar por la inquebrantable lógica del cine-de-acción-como-tren-eléctrico (¡Tanque contra Avión!) que cuando abunda en un argumento ininiteligible y sin un villano a la altura de los héroes. Pero eso son errores perdonables en un conjunto dominado por la chulería de Fénix, los puros de Hannibal, los gritos furiosos de Baracus y las insensateces de Murdock.


El prólogo es perfecto, pero lo que le sigue no resulta en absoluto despreciable: una dosis generosa de acción de la vieja escuela marinada con ese hiperbólico sentido de la maravilla que solo puede alcanzar el cine digital. Compadezcamos al estúpido que no se divierta.

2 comentarios leave one →
  1. 04/08/2010 5:40 am

    Yo me lo he pasado teta. Esperaba un truñaco aberrante y me he encontrado con una dignísima y muy divertida peli de acción que rescata y actualiza todos los guiños de la serie de forma perfectamente natural.

    Es… Digamos…

    La versión Ultimates del Equipo-A.

  2. 05/08/2010 11:59 am

    «Misión cumplida»: leer el slogan de los carteles publicitarios ya da buen rollo: todo controlado, tíos.

    Espero que siga sin morir nadie, ni siquiera de los malos, bajo la ensalada de tiros. 😀

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