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Más perversión

03/02/2011


En su número de noviembre de 2009, la revista Wired publicó un reportaje sobtre Twitter titulado Who’s in charge? (¿Quién está al mando?). La idea que se transmitía era sencilla: el pequeño grupo de personas que lanzó el servicio de microblogging allá por 2006 no tenía ni la más remota idea de lo que había puesto en funcionamiento. No la tenía cuando se escribió el artículo y es posible que sigan sin tenerla en estos momentos. Sabemos que Twitter es el medio de comunicación que más rápido ha crecido en los últimos diez años (se espera que alcance los mil millones de usuarios a finales de 2012, convirtiéndose en el primer servicio internáutico en llegar a esa cifra). Sabemos que hay unos cincuenta trabajadores en sus oficinas, pero que el número de personas que realmente trabajan para Twitter estaría más cerca de las 50.000, incluyendo a gigantes como Jeff Bezos o Douglas Bowman en la parte financiera. Y también sabemos que nos gusta contar qué hemos desayunado o mirar lo que ha desayunado Diablo Cody en menos de 140 caracteres. Más allá de eso, no sabemos nada. N-a-d-a. El servicio se ha vuelto masivo sin tener claro qué demonios era, mientras sus usuarios lo redefinían prácticamente en tiempo real. El artículo de Wired incluye extractos de una reunión interna que fue filtrada hace dos años: los jefes de estrategia de la compañía aún estaban planteándose cosas como «¿Estamos construyendo una nueva Internet?» o haciéndose a la idea, casi en voz baja, de que mil millones de personas tuiteando equivaldría, a efectos prácticos, a convertirse en el pulso del planeta.

Tres noticias del telediario de esta misma noche: Egipto, Vigalondo, Bisbal. Hace una semana estaba Álex de la Iglesia. Hace un mes, un jugador de fútbol hacía unos comentarios ofensivos (no recuerdo a quién ofendió exactamente) a través de su cuenta. Los medios han encontrado un nuevo filón: cuando uno tiene que redactar cincuenta notas de prensa al día, ¿qué hay de malo en hinchar hasta lo desproporcionado un tuit? ¿Qué daño puede hacer? Personalidades han informado de separaciones, muertes de seres queridos e incluso ataques violentos en sus respectivos Twitters, lo que nos lleva a pensar que nunca habían estado tan cerca de sus fans. Ahora podemos aspirar a que nuestro cantante preferido nos retuiteé un comentario elogioso y, quizá, aumentar nuestro número de followers en el proceso. Vuelvo a extraer un ejemplo de esa fuente inagotable de sabiduría contemporánea: Los Simpson. Cuando Homer se hace paparazzi, enuncia sus razones de una manera muy sencilla: «Mira a esos famosos: yo los conozco a todos y ellos ni siquiera saben de mi existencia». Una vez más, una frase del personaje sirve para sintetizar un síntoma de la sociedad moderna, y… Un momento, yo ya he escrito sobre esto. Cuidado, autocita: «Ahora, el famoso no es una entidad sagrada, sino un conjunto vacío que nosotros podemos rellenar a nuestra voluntad, un juguete que, en nuestras manos, produce un placer muy parecido a la blasfemia. O a la venganza.»

Mientras escribo estas líneas, #turismobisbal sigue siendo trending topic y la campaña de acoso a Vigalondo ha alcanzado cotas de paroxismo larrydavidiano. Los dos pueden parecer casos complementarios, pero no lo son tanto: el primero representa un problema que podríamos definir como La Pesadilla del Agente —el famoso ya no redacta comunicados, ya no pasa por el filtro del gabinete de prensa, sino que habla directamente a un público que, en ocasiones, parece(mos) deseoso de que meta la pata para descorchar el champán—; mientras que el segundo es un perfecto ejemplo de algo más complejo y que, de hecho, es la tesis de este enmarañado post (lo siento, está escrito desde la rabia). Hablo de que aún no sabemos de qué es Twitter y, por tanto, no distinguimos entre el que desea de corazón que las pirámides vuelvan a ser transitadas y el que está realizando una construcción metalingüística que no tiene absolutamente nada que ver con sus deseos de corazón. No todos los famosos utilizan Twitter para contar lo que están pensando de verdad, igual que no todos los escritores publican memorias o reportajes en profundidad. Algunos escriben ficción. Del mismo modo, algunos twitteros utilizamos la herramienta para construir cosas que pueden o no tener que ver con nuestra experiencia real. Es muy probable que el oyente de César Vidal desconozca esto y, por tanto, crea de verdad que un director de cine ha lanzado una consigna antisemita a través de internet. La función de los medios debería ser, entonces, la de explicarle a ese oyente por qué no es así.

Por favor, ahora no vengáis a decirme que soy un ingenuo y que debería saber muy bien a qué atenerme cuando hablamos de César Vidal, o de las luchas de poder entre grupos empresariales, o de todo eso. Estoy hablando de dar forma entre todos a una herramienta que bien podría llegar a convertirse en el pulso del planeta: ¿por qué demonios no podemos empezar desde ya a tender puentes para usarla sabiamente, en lugar de hacer con ella lo que hemos hecho con todas las demás? ¿Por qué tenemos que resignarnos a pertetuar la perversión mientras nos miramos el ombligo en menos de 140 caracteres? ¿Por qué nos enfrentamos al cambio con mentalidad de caverna?

EDITO: Al mismo tiempo que este post era redactado, Nacho redactaba su último. Ha sido, efectivamente, una época fantástica, pero el final no pudo ser más descorazonador y prematuro. Se va un titán.

10 comentarios leave one →
  1. 03/02/2011 2:03 am

    Se va un titán… Y volverá pronto. Esperemos. Lo poco bueno que tienen estas cosas es su fugacidad, al menos relativa. Eclosionan ruidosamente y al final acaban sin dejar cenizas (…no estaba pensando en el Holocausto al empezar a escribir la metáfora, LO JURO). Si no, véase el rápido cambio de villano a héroe en el caso de Álex de la Iglesia a ojos del pueblo llano internetero. O sea, Menéame. Y al final las narices rojas no tardarán demasiado en irse de los avatares. Excepto en los casos en los que los usuarios realmente tengan conciencia, claro.

    Creo que no hay que olvidar que la culpa de todo esto, de forma última, ha sido de los usuarios con carencias de comprensión lectora y de sentido del humor. Sin sus retwitteos, sin sus hashtags, sin sus «Ahora Dejo De Seguirte, Sinvergüenza»… Sin ellos, no se hubiera formado la gran bola de carroña que han olido los medios de comunicación. Ha sido una cadena. La necedad del usuario default ha implicado la necedad (bueno, una necedad más) de los medios, que ha implicado de forma última la supresión de ciertas libertades de Vigalondo (bloguear tranquilamente, vamos). Y no se debe olvidar el origen de la cadena.

    Eso sí, como esto afecte en lo más mínimo a la distribución/recepción de su obra profesional… Me siento mal tras plantearlo sin más, así que mejor no elaboro, no sea que a alguno se le ocurra alguna «brillante» idea tras leerme. Aunque esto no sea un tweet, ergo, no es Actualmente Relevante.

  2. Noel permalink*
    03/02/2011 2:07 am

    Estoy de acuerdo. La primera parte del post hablaba de los problemas de comprensión lectora por parte de la base de la pirámide, este va de los problemas de comprensión de la cúspide (es decir, los medios) y de cómo algunos utilizan esa confusión para conseguir objetivos empresariales repugnantes. Y, en fin, de cómo la cúspide de la pirámide se traga una bola de nieve que se empieza a gestar abajo y ha sido pervertida a conciencia en el medio.

    Pero insisto: abandonemos la actitud derrotista y dejemos de decir eso de que los medios son así y que no verlo es de idiotas. Me da lástima que pensemos así. Que aceptemos la situación sin más.

    • carolinkfingers permalink
      03/02/2011 4:11 pm

      «(…) de cómo la cúspide de la pirámide se traga una bola de nieve que se empieza a gestar abajo y ha sido pervertida a conciencia en el medio.» Creo que aquí hablas de «necesito lectores y voy a por ellos como sea». Es demasiado triste y por eso estoy escuchando el Berlin de Lou Reed. Muy muy obsesionada con los linchamientos online estos días. Besos.

  3. Toyoto permalink
    03/02/2011 3:16 am

    Si la gente es incapaz de abandonar esa actitud en cuestiones que les afectan personalmente, como en el trabajo, será mejor esperar sentados a que se rebelen por algo que les pilla tan de lejos.

    Por cierto: ¿Seguro que un billón de usuarios? Ya sabe, billón anglosajón y billón aquí no es lo mismo.

  4. 03/02/2011 11:27 am

    Nunca suelo dejar mensajes en blogs, Noel, pero creo que esta fea noticia merece que rompa esa norma:
    1- Te doy personalmente las gracias por atreverte a remover el estercolero y apelar a la capacidad de todos de indignarnos ante la negación de un debate racional y civilizado; y ante la imposición incontestable de un tabú ya universal ante el cual no vale ni el más sincero arrepentimiento. Gracias por no hacernos creer a los soldados veteranos que nadie va a recoger la antorcha de la defensa de la libertad de expresión y creación.
    2- Opino que el asunto Vigalondo no es privativo de España, aunque seamos un país especialmente asustadizo ante la autoridad, que siempre acatamos aunque nos riamos por lo bajini: la desgracia de Nacho es que la risa en tweeter no resuena, al parecer, lo SUFICIENTEMENTE bajini. Me recuerda en lo que ocurrió en USA con el actor negro de GREY’S ANATOMY, que también gritó «faggot» demasiado alto: por más que se humilló a pedir perdón y protagonizar spots anti-homofóbicos, le terminaron despidiendo de la serie y ahora debe estar chupando alguna polla blanca en Beverly Hills. En este caso se demuestra que el tabú del Holocausto judío es incluso mayor que el de la homosexualidad: muchos gays murieron en campos de concentración durante la II GM y ni siquiera fueron reivindicados oficialmente como víctimas hasta los años 70, cuando en Alemania ser gay dejó por fin de constituir ¡delito! En la escala del martirologio, esos gays están aún por encima en el grado de sufrimiento que los judíos… pero probablemente sus descendientes no tienen un departamento de marketing tan bueno.
    3- Como sabes bien, yo viví un caso parecido al de Nacho. Por suerte, yo no era imagen de nadie y solamente respondía ante mí mismo, así que nunca tuve que verme obligado a pagar el peaje de unas disculpas injustificadas para mantener mi estatus artístico. Pero también reconozco que mi editora pudo haberme negado tres veces, como le ha ocurrido a Nacho con sus mayores, y jamás lo hizo: no me negó ni una. Obviamente, eso no evitó nada: ningún diario se ha atrevido desde entonces a contratarme como columnista y fueron muchísimas las puertas que se me cerraron en su momento. Ahora sólo espero que a Nacho no le ocurra lo mismo, porque la mediocridad y la hipocresía en la sociedad causan muchos más estragos que la maldad.
    4- Me pregunto si el miedo de nuestro panorama artístico a cerrarse puertas mediáticas cerrará a su vez muchas bocas que hasta ahora le reían las gracias a Nacho. Pido desde aquí que le demostréis su apoyo de todas las maneras posibles, pública y privadamente, porque os aseguro que cuando te ocurre una cosa de éstas, uno se llega a sentir muy muy solo…
    5- Éste es el momento idóneo para decirlo: Nacho, eres el cineasta español más brillante de tu generación.

  5. Noel permalink*
    03/02/2011 11:53 am

    Muchas gracias por tu comentario, Hernán. Estoy completamente de acuerdo en que no debemos resignarnos ni conformarnos con el cobarde lugar común de «esto-es-España»: esa actitud es la que propicia que se produzcan situaciones tan descorazonadoras como esta. Y la indignación es la primera reacción natural ante el proceder de medios como La Información:

    http://noticias.lainformacion.com/arte-cultura-y-espectaculos/internet/nacho-vigalondo-anuncia-que-cierran-su-blog-en-el-pais-tras-la-polemica-de-twitter_vUnY6Lymgd1dIQ5ygKWHn4/

    No pervierte una, sino tres veces el contenido del tweet original, covirtiendo lo que era un chiste en una afirmación descontextualizada y, por tanto, falsa. Buena metonimia de lo que está pasando: se ha convertido un comentario en (inofensiva) clave de humor en algo que no tiene ni puta gracia.

  6. citizenchase permalink
    07/02/2011 9:17 pm

    Hace poco vi un vídeo de youtube en el que aparecía Nacho Vigalondo dando «5 consejos sobre como hacer una película». En este vídeo comentaba que estaba en la post-producción de su segundo largometraje «Extraterrestre» y en la pre-producción de su tercer largometraje «Followers». Me llamó la atención el título, y ya os imaginareis por qué.
    A lo mejor es fruto de mi paranoia pero no puede todo esto ser una gran broma lanzada para provocar una reacción y hacer una película basada en ella (como idea es bastante económica, 0 actores…). Ya se ha hecho antes, por ejemplo, la última película de Joaquin Phoenix en la que fingía (en la vida real) que se había vuelto loco y las dos últimas películas de Sacha Baron Cohen (Borat y Bruno) en las que un personaje ficticio la liaba en el mundo real. ¿Puede ser todo esto una gran broma (como diría «El Comediante» de Watchmen)?
    No lo sé, el tiempo lo dirá…

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